La pena
tomó posesión de mi casa
trepó el techo
cerró la puerta de escape
cubrió ventanales
oscureció el balcón
Descorrió los pestillos
del armario
Ingirió mi comida
se metió de lleno
en mis recuerdos
se acostó con cada uno
de mis amores
Con un par de sueños melancólicos
de su absoluta propiedad
se hizo ausencia y retorno
Llegada la mañana
miró en silencio
mi lecho
lustró sus zapatos vagabundos
y al emprender su viaje
sin promesas
prometió volver
© Alejandra Ziebrecht
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